En el mencionado estudio, publicado en la revista ‘Science’, se
afirma que las especies de plantas y animales están desapareciendo por lo menos 1.000 veces más rápido de lo que lo hicieron antes de la aparición de los humanos.
De acuerdo con el estudio, por cada millón de especies están
desapareciendo entre 100 y 1.000 al año, sobre todo debido a la
destrucción de su hábitat causada por la actividad de los seres humanos y
al cambio climático.
Mientras la tasa de mortalidad anterior a los humanos era de
aproximadamente 0,1 especies perdidas por millón y año. Según explicó
Stuart Pimm, ecólogo de la Universidad de Duke, en EE.UU. y líder de la
investigación, antes pensaban que en la época anterior a la presencia humana la tasa de extinción era de una especie por millón.
Una de las conclusiones del estudio es que el mundo está “al borde
de la sexta extinción” masiva. Pimm recordó que en la historia de la
Tierra en por lo menos cinco ocasiones las extinciones masivas acabaron con la mayor parte de la vida sobre la faz del planeta.
Aunque esas desapariciones de vida pueden ser el resultado de la
caída de un asteroide o de un meteorito, la peor extinción masiva, que
ocurrió hace unos 252 millones años y destruyó el 90% de la vida en la
Tierra, fue causada por microbios generadores de metano. Estos microbios
producen el mismo efecto que el cambio climático: un
aumento brusco de las temperaturas y la acidificación de los océanos.
Ambos fenómenos se puede observar hoy en día debido al calentamiento
global.
Los investigadores esperan que su estudio ayude a llamar la atención
sobre las cuestiones de ecología y, sobre todo, sobre los problemas
referentes a la conservación del hábitat de las especies.
Fuente: rt.com
6.02.2014
La Sobrepoblación, “Nos comeremos unos a otros”.
“La batalla para alimentar a toda la humanidad ha terminado. En la
década de los 70 cientos de millones de personas morirán de hambre a
pesar de los programas de choque que diseñemos. A estas alturas nada puede evitar un aumento sustancial de la tasa de mortalidad mundial”. Con estas palabras comenzaba The Population Bomb (“La bomba demográfica”), el libro que en 1968 convirtió al entomólogo estadounidense Paul R. Ehrlich en el más visible discípulo de Thomas Malthus,
con quien compartía la misma tesis: si la población sigue creciendo no
habrá suficientes recursos para alimentar a la humanidad.
Han pasado 46 años desde la publicación del libro y, aunque los augurios catastrofistas de Ehrlich no se han cumplido –en 1971 llegó a decir que para el año 2000 Reino Unido no sería más que “un pequeño grupo de islas empobrecidas habitadas por 70 millones de personas hambrientas”– el científico sigue defendiendo que lo peor está por llegar.
En una entrevista con The Huffington Post, Ehrlich ha
asegurado que la escasez de recursos acabará llevándonos a un callejón
sin salida, que cambiará para siempre nuestros hábitos alimenticios: “Pronto nos estaremos preguntando si está bien comernos los cuerpos de nuestros muertos porque
estamos demasiado hambrientos”. Un escenario, el del canibalismo, al
que cree nos estamos acercando a una velocidad asombrosa.
“Dentro de 45 años habrá 2.500 millones de personas más en el planeta”, explica Ehrlich. “Vamos camino de una guerra por los recursos”. El peligro de la superpoblación, asegura, está volviendo a crecer, y los gobiernos y medios de comunicación son cómplices por no advertir de las consecuencias.
“Todos tenemos que comer, y es una actividad muy destructiva”, explica el entomólogo. “Las cuestiones éticas que rodean a cómo criamos al ganado son importantes, pero son relativamente triviales en comparación con el naufragio de nuestros sistemas de soporte vital”.
¿Un catastrofista pasado de rosca?
Obras recientes como la alarmista 10.000 millones (Anagrama), de Stephen Emmott han contribuido a poner de actualidad las viejas tesis maltusianas que alertan de los efectos que la superpoblación va a generar en nuestro planeta. El último en subirse al carro ha sido el periodista Alan Weisman (Harper’s, New York Times o Atlantic Monthly), autor del libro La cuenta atrás (Debate), que en una entrevista con El Confidencial aseguraba que “durante las próximas dos o tres generaciones necesitamos bajar la población y no sólo mantenerla, porque hemos crecido mucho más allá de lo que la naturaleza quiere”.
“Él es un entomólogo”, continúa Worstall, “alguien que estudia los insectos. Y los seres humanos no son insectos: tenemos medios así como inteligencia”. Por eso el periodista prefiere dar una explicación económica. “Tal como ha explicó Gary Becker en sus estudios económicos, según crecen nuestros ingresos tendemos a tener menos hijos, no más. Y es lo que ha pasado en toda sociedad humana cuando según se enriquecía”.
Pero ¿seguirán creciendo nuestros ingresos? Ehrlich asegura que la economía no puede continuar creciendo por siempre jamás y, teniendo en cuenta la amenaza del cambio climático, o hacemos algo por controlar la población o estaremos perdidos. “Es muy importante no pensar cuántos hijos quieres, sino cuántos hijos puedes tener que vivan una vida maravillosa y puedan recibir una buena educación”, aseguraba el entomólogo en una entrevista de 2011 en El Mundo. En su opinión, “lo ideal sería que todos los países tuvieran una tasa de crecimiento media de 1,5 niños por familia, con familias de padres maravillosos que tengan tres hijos y gente que no quiera ninguno”. ¿Estaremos dispuestos?
Fuente: elconfidencial.com
Han pasado 46 años desde la publicación del libro y, aunque los augurios catastrofistas de Ehrlich no se han cumplido –en 1971 llegó a decir que para el año 2000 Reino Unido no sería más que “un pequeño grupo de islas empobrecidas habitadas por 70 millones de personas hambrientas”– el científico sigue defendiendo que lo peor está por llegar.
El peligro de la superpoblación,
asegura, está volviendo a crecer, y los gobiernos y medios de
comunicación son cómplices por no advertir de las consecuencias.
“Dentro de 45 años habrá 2.500 millones de personas más en el planeta”, explica Ehrlich. “Vamos camino de una guerra por los recursos”. El peligro de la superpoblación, asegura, está volviendo a crecer, y los gobiernos y medios de comunicación son cómplices por no advertir de las consecuencias.
“Todos tenemos que comer, y es una actividad muy destructiva”, explica el entomólogo. “Las cuestiones éticas que rodean a cómo criamos al ganado son importantes, pero son relativamente triviales en comparación con el naufragio de nuestros sistemas de soporte vital”.
¿Un catastrofista pasado de rosca?
Obras recientes como la alarmista 10.000 millones (Anagrama), de Stephen Emmott han contribuido a poner de actualidad las viejas tesis maltusianas que alertan de los efectos que la superpoblación va a generar en nuestro planeta. El último en subirse al carro ha sido el periodista Alan Weisman (Harper’s, New York Times o Atlantic Monthly), autor del libro La cuenta atrás (Debate), que en una entrevista con El Confidencial aseguraba que “durante las próximas dos o tres generaciones necesitamos bajar la población y no sólo mantenerla, porque hemos crecido mucho más allá de lo que la naturaleza quiere”.
Lo ideal sería que todos los países tuvieran una tasa de crecimiento media de 1,5 niños por familia
Como demuestran sus seguidores, las advertencias que Ehrlich realizó en los 70 están de plena actualidad, pero hay quien cree que el entomólogo ha perdido definitivamente el norte. Según explica en Forbes Tim Worstall, el
entomólogo “ha sido bien conocido durante 50 años como una de las
grandes voces que clamaba sobre el peligro de la superpoblación. El
problema es que absolutamente ninguna de sus predicciones ha ocurrido. Y la razón de esto es que sus argumentos parten de una base empírica errónea”.“Él es un entomólogo”, continúa Worstall, “alguien que estudia los insectos. Y los seres humanos no son insectos: tenemos medios así como inteligencia”. Por eso el periodista prefiere dar una explicación económica. “Tal como ha explicó Gary Becker en sus estudios económicos, según crecen nuestros ingresos tendemos a tener menos hijos, no más. Y es lo que ha pasado en toda sociedad humana cuando según se enriquecía”.
Pero ¿seguirán creciendo nuestros ingresos? Ehrlich asegura que la economía no puede continuar creciendo por siempre jamás y, teniendo en cuenta la amenaza del cambio climático, o hacemos algo por controlar la población o estaremos perdidos. “Es muy importante no pensar cuántos hijos quieres, sino cuántos hijos puedes tener que vivan una vida maravillosa y puedan recibir una buena educación”, aseguraba el entomólogo en una entrevista de 2011 en El Mundo. En su opinión, “lo ideal sería que todos los países tuvieran una tasa de crecimiento media de 1,5 niños por familia, con familias de padres maravillosos que tengan tres hijos y gente que no quiera ninguno”. ¿Estaremos dispuestos?
Fuente: elconfidencial.com
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