1.10.2014
Eyección solar, el impacto directo causará tormentas solares.
Si este pasado día 1 de enero el Sol desencadenaba una primera gran llamarada solar equiparable a X (M9.9) en la tarde del 7 de enero, a las 19:35 hora de Londres, volvía a desencadenar otro gran fenómeno de gran espectacularidad, en este caso X1.2, y desde la inmensa región solar activa 1944, una de las mayores de todo el ciclo solar 24 que en esos momentos ocupaba precisamente posiciones altamente geoefectivas en el centro del disco solar.
En breves minutos y asociado a tal evento se desataron fuertes disrupciones de radio en nuestro planeta escala R3 (una escala que va de R1 a R5) especialmente centradas sobre América Central y América del Sur.
Se desencadenó, además, una nueva tormenta de radiación solar en continuación de otra menor que ya venía teniendo lugar en nuestra estratosfera y que puede alcanzar la escala S3, muy pocas veces alcanzada en los últimos dos años y que a diferencia de los actuales valores S2 conllevaría probablemente el desvío de algunos vuelos sobre muy altas latitudes polares para evitar exponer a dosis no habituales de radiación a pasajeros y tripulación, así como la adopción de algunas sencillas medidas de precaución respecto satélites y los astronautas de la Estación Espacial Internacional.
Por último, el potente fenómeno desencadenó, además, una eyección de masa coronal (CME por sus siglas en inglés) cuya velocidad ha sido confirmada a más de 1064 kilómetros por segundo y cuya trayectoria parece confirmar que esta vez sí tendrá un impacto directo en el campo magnético de la tierra a primeras horas de mañana, jueves 9 de enero de 2014, por lo que el prestigioso IPS australiano ha establecido el “Geostat 5″, iniciando así la cuenta regresiva a cero con el impacto de la CME que, se prevé, pueda llegar a desencadenar moderadas a fuertes tormentas geomagnéticas (G2 -G3) cuyas auroras serían visibles desde latitudes como la de Illinois u Oregon.
Desde el Observatorio del Clima Espacial han querido recordar que aunque en esta ocasión sí que tendremos previsiblemente un impacto directo y la tormenta de radiación solar S3 sería en sí misma poco común si finalmente llegase a alcanzarse en las próximas horas, la velocidad de la CME sigue quedando muy por debajo, la mitad de lo que podría ser una velocidad potencialmente peligrosa (en torno a los 2000 kilómetros por segundo) y que, en todo caso, nuestra magnetosfera nos brinda una extraordinaria protección, “para llegar a tener efectos inquietantes como una tormenta geomagnética tipo G5 hace falta bastante más, que tuviésemos la mala fortuna de algún fenómeno puntual y excepcional en nuestro propio campo magnético, no hay ningún motivo de preocupación, son otros fenómenos muy superiores, en la escala X9 o superior, los que nos interesan particularmente a este respecto”, han señalado.
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