Cientos de peces muertos aparecieron el 21 de febrero por la mañana en la orilla
del torrente de Son Bauló, en Santa Margalida. Por ahora se desconocen
las causas que han provocado el suceso, pero la Policía Local está al
corriente de lo ocurrido y se va a investigar.
A primera hora de la mañana de ayer, vecinos de Son Bauló y otras
personas que paseaban junto al torrente se apercibieron que a lo largo
de decenas de metros de la orilla había una gran cantidad de peces sin vida.
Mayoritariamente eran animales de talla pequeña, de 3 o 4 centímetros
de longitud, pero también se hallaron varios ejemplares de lubina
bastante grandes, de 2 o 3 quilos de peso, con la boca y los opérculos
branquiales (por donde respiran) completamente abiertos. Testigos de lo
ocurrido explicaron que algún curioso que se había acercado a ver lo
ocurrido se llevó a casa algunas lubinas «con la intención de
comérselas».
Investigación
La Policía Local de Santa Margalida visitó el torrente y levantó acta
de lo ocurrido. El alcalde, Antoni Reus, explicó que ahora el
Ajuntament abrirá una investigación con la colaboración del técnico
municipal de medio Ambiente para averiguar las causas de tal mortandad.
Entre las hipótesis que se manejan, explicó Reus, está la de que los
animales podrían haber muerto al quedarse sin oxígeno o a algún problema
en el funcionamiento de la estación depuradora. Los vecinos contemplan
también estas hipótesis (que por ahora no deben darse por ciertas),
aunque alguno sugirió que quizás algún hotel de la zona había vertido agua contaminada o algún otro líquido tóxico
en la zona húmeda. Reus dijo al respeto que lo ocurrido «no
necesariamente se debe a un vertido». El resto de animales (incluidos
los conocidos patos) parecían vivir sin complicación alguna.
No es la primera vez que ocurre algo así en el torrente de Son Bauló,
sino que al menos ya se habían detectado casos similares en otras tres
ocasiones. En una de ellas se determinó que los animales habían muerto
asfixiados, por falta de oxígeno. En otra ocasión se atribuyó al vertido contaminante de un establecimiento hotelero próximo.
Agua estancada
El torrente de Son Bauló está en un extremo del núcleo urbano de Can
Picafort, en el lado más cercano a Son Real. Igual que el torrente de Na
Borges, el de Son Bauló, justo antes de desembocar en el mar, se
convierte en una especie de laguna donde hay agua dulce estancada buena
parte del año, excepto cuando tae el suficiente cabal para penetrar en
el mar.
Informalmente, los vecinos sugirieron que se debería posibilitar que
el torrente y el mar debieran estar siempre en contacto de modo que el
agua circulara permanentemente. Ello, a su juicio, oxigenaría la laguna y
no se volverían a registrar muertes de peces por asfixia.
Fuente: sott.net
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