Ocurrió en el pueblo de Termeno, en el norte del país.
Se salvaron por un metro. Unos 4.000 metros cúbicos de rocas se
desprendieron de un acantilado en el pueblo de Termeno, en el norte de
Italia el pasado 21 de enero. Mientras varias rocas gigantes atravesaron una propiedad de más de 300 años de antigüedad, una de las más grandes se detuvo justo antes de impactar contra la parte habitada de la casa.
Herbert Trebo, el dueño de la casa, dijo que escuchó un ruido tremendo, “como si un tren atravesara el living”. Las rocas destruyeron un depósito con maquinaria agrícola y parte de la viña que cultiva Trebo.
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